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sábado, 19 de marzo de 2011

POEMAS DE BALTAZAR DE ALCÁZAR






Nació este poeta en Sevilla, en 1530 o 1531, de una familia de las más distinguidas. En su juventud militó bajo las banderas de don Álvaro de Bazán, donde ganó  gloria. Sin embargo, los cuidados de la guerra no le impidieron el cultivo de las artes de la paz, y cultivó con ahínco los clásicos latinos, especialmente a Marcial, cuya ligera ironía debió agradarle mucho, pues si bien no se puede decir que la imita, no deja de notarse la influencia que aquel príncipe de las latinidades tuvo sobre él. En la corte de Felipe IV brilló mucho, pues era hermano del sumiller de cortina de S. M. Si sus poemas amenos y muy bien hechos no bastasen para su inmortalidad, le bastaría el haber sido el primer protector del gran pintor Velásquez, a quien se lo recomendaba el suegro del autor de Las Meninas: fue él quien por medio de su hermano lo hizo conocer por el Conde Duque y recomendar al rey. Y si hablamos de esto, es que la amistad del pintor Pacheco con Baltasar de Alcázar era ante todo literaria: Pacheco, que no había casi salido de Sevilla, estaba en relación con casi todos los ingenios de aquel tiempo, y tenía en Sevilla una suerte de academia en su estudio de pintor, a la cual solían asistir Luis de Góngora y Argote, Francisco de Quevedo y Villegas, Baltazar de Alcázar, etc. Pacheco no era mal prosador, y el gran don Francisco de Quevedo le concedió beligerancia y sostuvo con él una larga polémica por medio de la imprenta, sobre asuntos puramente literarios o filosóficos, y que en nada afectó a la amistad que ambos contendientes se tenían. No recuerdo qué ingenio de la época llamó al estudio de Pacheco la cárcel dorada del arte, lo que no era muy exagerado, pues si bien sus obras de pintura no eran sobresalientes, sus dibujos eran notables, sin contar con que tenía cuadros de todos los primeros de su glorioso yerno, a quien tanto amó. Tenía también una curiosísima colección de objetos de arte antiguos. Baltazar de Alcázar murió el 16 de febrero de 1606.

  
TRES COSAS
 
 
  Tres cosas me tienen preso
de amores el corazón,
la bella Inés, el jamón
y berenjenas con queso.
 
  Esta Inés (amantes) es                             5
quien tuvo en mí tal poder,
que me hizo aborrecer
todo lo que no era Inés.
 
  Trájome un año sin seso,
hasta que en una ocasión                          10
me dio a merendar jamón
y berenjenas con queso.
 
  Fue de Inés la primer palma,
pero ya júzgase mal
entre todos ellos cuál                                15
tiene más parte en mi alma.
 
  En gusto, medida y peso
no le hallo distinción,
ya quiero Inés, ya jamón,
ya berenjenas con queso.                           20
 
  Alega Inés su beldad,
el jamón que es de Aracena,
el queso y berenjena
la española antigüedad.
 
  Y está tan en fil el peso                            25
que juzgado sin pasión
todo es uno, Inés, jamón,
y berenjenas con queso.
 
  A lo menos este trato
de estos mis nuevos amores,                      30
hará que Inés sus favores,
me los venda más barato.
 
  Pues tendrá por contrapeso
si no hiciere razón,
una lonja de jamón                                     35
y berenjenas con queso.



CENA JOCOSA 

(También conocido como “Una Cena”)


En Jaén, donde resido, 
vive don Lope de Sosa, 
y diréte, Inés, la cosa 
más brava d'él que has oído. 

Tenía este caballero                                    5
un criado portugués... 
Pero cenemos, Inés, 
si te parece, primero. 

La mesa tenemos puesta; 
lo que se ha de cenar, junto;                         10
las tazas y el vino, a punto; 
falta comenzar la fiesta. 

Rebana pan. Bueno está. 
La ensaladilla es del cielo; 
y el salpicón, con su ajuelo,                           15
¿no miras qué tufo da? 

Comienza el vinillo nuevo 
y échale la bendición: 
yo tengo por devoción 
de santiguar lo que bebo.                              20

Franco fue, Inés, ese toque; 
pero arrójame la bota; 
vale un florín cada gota 
d'este vinillo aloque. 

¿De qué taberna se trajo?                              25
Mas ya: de la del cantillo; 
diez y seis vale el cuartillo; 
no tiene vino más bajo. 

Por Nuestro Señor, que es mina 
la taberna de Alcocer:                                   30
grande consuelo es tener 
la taberna por vecina. 

Si es o no invención moderna, 
vive Dios que no lo sé, 
pero delicada fue                                          35
la invención de la taberna. 

Porque allí llego sediento, 
pido vino de lo nuevo, 
mídenlo, dánmelo, bebo, 
págolo y voyme contento.                            40

Esto, Inés, ello se alaba; 
no es menester alaballo; 
sola una falta le hallo: 
que con la priesa se acaba. 

La ensalada y salpicón                                  45
hizo fin; ¿qué viene ahora? 
La morcilla. ¡Oh, gran señora, 
digna de veneración! 

¡Qué oronda viene y qué bella! 
¡Qué través y enjundias tiene!                        50
Paréceme, Inés, que viene 
para que demos en ella. 

Pues, ¡sus!, encójase y entre, 
que es algo estrecho el camino. 
No eches agua, Inés, al vino,                         55
no se escandalice el vientre. 

Echa de lo trasaniejo, 
porque con más gusto comas; 
Dios te salve, que así tomas, 
como sabia, mi consejo.                                60

Mas di: ¿no adoras y precias 
la morcilla ilustre y rica? 
¡Cómo la traidora pica! 
Tal debe tener especias. 

¡Qué llena está de piñones!                            65
Morcilla de cortesanos, 
y asada por esas manos 
hechas a cebar lechones. 

¡Vive Dios, que se podía 
poner al lado del Rey                                    70
puerco, Inés, a toda ley, 
que hinche tripa vacía! 

El corazón me revienta 
de placer. No sé de ti 
cómo te va. Yo, por mí,                                75
sospecho que estás contenta. 

Alegre estoy, vive Dios. 
Mas oye un punto sutil: 
¿No pusiste allí un candil? 
¿Cómo remanecen dos?                                80

Pero son preguntas viles; 
ya sé lo que puede ser: 
con este negro beber 
se acrecientan los candiles. 

Probemos lo del pichel.                                 85
¡Alto licor celestial! 
No es el aloquillo tal, 
ni tiene que ver con él. 

¡Qué suavidad! ¡Qué clareza! 
¡Qué rancio gusto y olor!                               90
¡Qué paladar! ¡Qué color, 
todo con tanta fineza! 

Mas el queso sale a plaza, 
la moradilla va entrando, 
y ambos vienen preguntando                         95
por el pichel y la taza. 

Prueba el queso, que es extremo: 
el de Pinto no le iguala; 
pues la aceituna no es mala; 
bien puede bogar su remo.                            100

Pues haz, Inés, lo que sueles: 
daca de la bota llena 
seis tragos. Hecha es la cena; 
levántense los manteles. 

Ya que, Inés, hemos cenado                          105
tan bien y con tanto gusto, 
parece que será justo 
volver al cuento pasado. 

Pues sabrás, Inés hermana, 
que el portugués cayó enfermo...                    110
Las once dan; yo me duermo; 
quédese para mañana.

POEMAS DE SANTA TERESA DE JESÚS (SANTA TERESA DE ÁVILA)










Teresa de Ahumada nació en Ávila, el 28 de marzo de 1515. Se llamaba Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, aunque generalmente usó el nombre de Teresa Ahumada. Desde sus más breves años comenzó a sentir mística exaltación, y a los 7 años huyó de su casa con un hermano, para ir a buscar martirio. Vuelta al hogar, a los doce años pasó por el dolor de perder a su madre, lo que la afectó en extremo y pareció decidir su vocación religiosa. A los 16 años entró en el convento de Santa María de Gracia, llevada por su padre a causa de sus malas frecuentaciones, entre ellas la de una su prima, y de las exageradas lecturas de libros de caballerías. El tres de noviembre de 1534, a los 19 años de edad, profesó en el convento de la Encarnación de Ávila. Poco después cayó gravemente enferma y su padre la llevó a baños minerales: sentía los primeros síntomas de sus neurosis. En 1537, en casa de su padre, sufrió un ataque de parasismo, y durante dos años estuvo paralítica. Curó, y durante bastantes años su fe anduvo bastante entibiada, hasta que volvió al pasado ardor religioso porque, según dice ella, Cristo se le apareció con airado semblante. Entonces creyó que la causa de su frialdad provenía de su demasiado frecuente trato con seglares, y resolvió reformar la orden del Carmelo, a la cual pertenecía, y fundar religiones de monjas descalzas y enclaustradas. Era la hora que llegaran estas reformas, pues la orden estaba del todo relajada. En su empresa tuvo grandes dificultades que vencer, pero le ayudaron eficazmente una de sus hermanas, otros parientes, varios señores piadosos y la duquesa de Alba. Sus principales obras son en prosa: amenas unas veces, especiosas otras, son pruebas de que la santa, que tanto se queja en ellas de su falta de letras, era una gran estilista. Las obras místicas de carácter didáctico más importantes de cuantas escribió la santa se titulan: Camino de perfección (1562-1564); Conceptos del amor de Dios y Castillo interior o Las moradas. Además de estas tres, pertenecen a dicho género las tituladas: Vida de Santa Teresa de Jesús (1562-1565) escrita por ella misma y cuyos originales se encuentran en la biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del El Escorial; Libro de las fundaciones (1573-1528); Libro de las constituciones (1563); Avisos de Santa Teresa; Modo de visitar los conventos de religiosas; Exclamaciones del alma a su Dios; Meditaciones sobre los cantares; Visita de descalzas; Avisos; Ordenanzas de una cofradía; Apuntaciones; Desafío espiritual y Vejamen. También escribió Santa Teresa poesías, escritos breves y escritos sueltos sin considerar una serie de obras que se le atribuyen. Escribió Teresa también 409 Cartas, publicadas en distintos epistolarios. Los escritos de la Santa Católica se han traducido a varios idiomas. El nombre de Santa Teresa de Jesús figura en el Catálogo de autoridades de la lengua publicado por la Real Academia Española (R.A.E.). En cuanto a sus poemas, fueron compuestas en algunos y muy especiales momentos de mayor ardor místico, por lo que ella decía que “la Divinidad se las inspiraba”. La última de las que aquí damos, el popular soneto, es también atribuido a San Juan de la Cruz. El espíritu de este soneto parece, en efecto, de la santa, pero su forma parece más bien de su gran amigo. Santa Teresa murió, después de realizada su obra de reforma, el 4 de octubre de 1582, a los sesenta y siete años. Fue canonizada por el Papa Gregorio XV en 1622 y, muchos años después, fue proclamada “Doctora de la Iglesia” el 27 de septiembre de 1970 por el Papa Paulo VI. Posee, tradicionalmente, el “patronazgo” de los escritores.


 
 
VIVO SIN VIVIR EN MÍ
 
 
  Vivo sin vivir en mí,
y de tal manera espero,*
que muero porque no muero.
 
  Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;               5
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.             10
 
  Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión                       15
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.
 
  ¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros                      20
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.           
 
  ¡Ay, qué vida tan amarga                   25
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,                     30
que muero porque no muero.
 
  Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.                    35
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.
 
  Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;                  40
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.            45
 
  Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;              50
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.
 
  Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti                      55
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.
 
 
*Variante: "y tan alta vida espero"



NADA TE TURBE (Eficacia de la paciencia)
 
 
(Letrilla que llevaba por registro en su breviario)
 
 
  Nada te turbe;
nada te espante;
todo se pasa;
Dios no se muda,
la pacïencia                                        5
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene,
nada le falta.
Solo Dios basta.



SONETO A CRISTO CRUCIFICADO
 
 
(Poema anónimo, atribuido a Santa Teresa de Jesús y, según otros autores, a San Juan de la Cruz)
 
 
  No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
 
  ¡Tú me mueves, Señor!  Muéveme el verte            5
clavado en una cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tus afrentas y tu muerte.
 
  Muéveme en fin, tu amor, y en tal manera
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,              10
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
 
  No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

domingo, 13 de marzo de 2011

"CÁNTICO ESPIRITUAL" DE SAN JUAN DE LA CRUZ EN VERSIÓN MUSICALIZADA DEL CANTAUTOR ESPAÑOL AMANCIO PRADA




SAN JUAN DE LA CRUZ



AMANCIO PRADA


Amancio Prada nace en Dehesas, León, en 1949. Estudia Sociología en la Universidad de la Sorbona de París y lleva a cabo estudios de armonía, composición y guitarra en aquella misma ciudad con los profesores Michel Puig y Silos Manso. Tras su presentación en la capital francesa junto a Georges Brassens, durante el mes de diciembre de 1972, las actuaciones de Amancio Prada se suceden tanto en radio y televisión como en distintas universidades del país vecino. Allí edita su primer disco, VIDA E MORTE (1974). A su regreso a España, en 1975, graba su segundo disco, dedicado a ROSALÍA DE CASTRO y fija su residencia en Segovia para dedicarse por entero a la composición. Fruto de esta etapa son: CARAVEL DE CARAVELES CANCIONES DE AMOR Y CELDALEILA DOURA CÁNTICO ESPIRITUAL . Precisamente con el CÁNTICO ESPIRITUAL de San Juan de la Cruz, Amancio Prada inicia una serie de recitales que comienzan en el Teatro Español de Madrid en febrero de 1982. Ese mismo año graba CANCIONES Y SOLILOQUIOS , sobre poemas de Agustín García Calvo, y emprende una gira de conciertos que le lleva a las principales universidades norteamericanas. En los años siguientes y tras su presentación en el Palau de la Música de Barcelona, en el Piccolo Teatro de Milán y en el Teatro del Odeón de París, graba DE LA MANO DEL AIRE (1984), y DULCE VINO DE OLVIDO (1985). Su actuación en el Teatro Real de Madrid, en el primer Festival de Otoño, no hace más que confirmar las críticas unánimes que ha venido recibiendo hasta ese momento. En ellas se destaca de manera especial el rigor de su trabajo y lo insólito de su orientación artística o, como escribiera Edward Rothstein en el New York Times, la flexibilidad de su timbre y su capacidad dramática en escena. En 1986, estrena los SONETOS DEL AMOR OSCURO , de F. García Lorca, en el Teatro María Guerrero de Madrid, bajo la dirección escénica de Lluis Pasqual y prepara su siguiente álbum, A DAMA E O CABALEIRO (1987), sobre la poesía neotrovadoresca de Alvaro Cunqueiro. Más tarde, y en colaboración con el escritor Manuel Vicent, compone las canciones del disco NAVEGANDO LA NOCHE (1988). En 1990 graba un álbum doble titulado TROVADORES, MÍSTICOS Y ROMÁNTICOS, cuyo contenido, más el CÁNTICO ESPIRITUAL, presentó en el IV Festival de Música Sacra de Maastricht y en el Auditorio Nacional de Música, dentro del XIII Ciclo de Cámara y Polifonía. Iniciaba así una gira de conciertos que durante 1991 le llevaría a más de ochenta ciudades de España. En 1992 y en colaboración con la Compañía de Ballet de Luis Fuente incorpora el nuevo espectáculo "Canciones en Danza". En 1994 edita EMBOSCADOS, un oratorio sobre un largo poema propio, para dos voces solistas y conjunto de cámara. En 1997 graba ROSAS A ROSALÍA con la Orquesta Real Filharmonía de Galicia y junto a Amelia Muge, Ginesa Ortega, María del Mar Bonet, Marisa Paredes, María Dolores Pradera, Martirio, Nuria Espert y las Pandereteiras de Baio; este album es un homenaje renovado a la poetisa gallega Rosalía de Castro, que le inspirara sus primeras canciones. Su disco 3 POETAS EN EL CÍRCULO (Cunqueiro, Lorca y García Calvo) (1998), es su primera grabación "en vivo y en directo", realizada durante los conciertos celebrados en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. DE MAR E TERRA (EMI, 1999) es un trabajo que entronca con la tradición oral.
Con ESCRITO ESTÁ (EMI, 2001), que da título y contenido a un nuevo recital Amancio Prada prosigue su búsqueda permanente de la emoción y la belleza. Palabras y música unidas y sostenidas por el arco melódico. Su primer disco-libro, CANCIONES DEL ALMA (EL EUROPEO-KARONTE, 2003) está dedicado íntegramente a textos de San Juan de la Cruz. Está compuesto por la última versión del CÁNTICO ESPIRITUAL y cinco nuevos poemas de San Juan de la Cruz musicados por Amancio Prada: La Noche, La Fuente, La Llama, Vivo sin vivir en mi, y el villancico Del verbo divino. Con este disco se conmemoran 25 años de la primera versión del CÁNTICO ESPIRITUAL y su estreno en la Iglesia de San Juan de los Caballeros, Segovia, el sábado de gloria de 1977. En marzo de 2004 ha publicado su segundo disco-libro SONETOS Y CANCIONES DE FEDERICO GARCÍA LORCA (Círculo de Lectores) compilación de todos sus temas inspirados en la magistral poesía de Lorca cuyo resultado es un álbum exquisito donde converge el genio de dos artistas. Los tres últimos temas del trabajo son un homenaje a Paco Ibáñez, mientras que el primer tema, A Mercedes en su vuelo, es un estreno absoluto. HASTA OTRO DÍA, CHICHO (Abril 2005), disco-libro editado por la Fundación Joaquín Díaz, está dedicado a su amigo Chicho Sánchez Ferlosio. A finales de 2005, publica ROSALÍA, SIEMPRE, un homenaje a la obra poética de Rosalía de Castro, siempre presente a lo largo de su trayectoria musical. HUELLAS DE SALAMANCA (2005), disco-libro editado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Salamanca, Fundación Municipal Salamanca Ciudad de Cultura y Salamanca Plaza Mayor 2005, recoge la grabación en directo del concierto celebrado en el Teatro Liceo de Salamanca con motivo de la conmemoración del 250 aniversario de la Plaza MayorZAMORA. Disco-libro (2006). Disco  que recoge el concierto conmemorativo del IV Centenario del Teatro Principal de Zamora  celebrado el 7 de octubre de 2006 CONCIERTO DE AMOR VIVO (2007). Grabación en directo del concierto celebrado en la iglesia de los Jerónimos de Madrid el 8 de junio de 2005. VIDA DE ARTISTA . Disco-libro (2007). Canciones de Léo Ferré. VIDA E MORTE . Reedición (2008). Sello Autor. ROSAS A ROSALIA . Reedición (2008). Sello Autor. COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE DE JORGE MANRIQUEEditorial Casariego es su primer Libro-Disco. EMBOSCADOSEditorial Vaso Roto es una edición remasterizada en formato Libro-Disco. Amancio Prada ha participado en numerosos festivales nacionales e internacionales y ha dado conciertos, entre otras ciudades del extranjero, en Roma, Estocolmo, Ginebra, Buenos Aires, Nueva York, Lisboa, Caracas, Oporto, Chicago, México, Rabat, Colonia, Utrecht, Ravenna, Atenas, Bruselas, Medellín....

















POEMAS DE SAN JUAN DE LA CRUZ





Juan de Yepes Álvarez -nombre verdadero de San Juan de la Cruz- nació en Fontiveros, España en 1542 y falleció en Úbeda, España en 1591). Poeta y religioso español. Nacido en el seno de una familia hidalga empobrecida, empezó a trabajar muy joven en un hospital y recibió su formación intelectual en el colegio jesuita de Medina del Campo. En 1564 comenzó a estudiar artes y filosofía en la Universidad de Salamanca, donde conoció, en 1567, a santa Teresa de Jesús, con quien acordó fundar dos nuevas órdenes de carmelitas. Su orden reformada de carmelitas descalzos tropezó con la abierta hostilidad de los carmelitas calzados, a pesar de lo cual logró desempeñar varios cargos. Tras enseñar en un colegio de novicios de Mancera, fundó el colegio de Alcalá de Henares. Más adelante se convirtió en el confesor del monasterio de Santa Teresa. En 1577 prosperaron las intrigas de los carmelitas calzados y fue encarcelado en un convento de Toledo durante ocho meses. Tras fugarse, buscó refugio en Almodóvar. Pasó el resto de su vida en Andalucía, donde llegó a ser vicario provincial. En 1591 volvió a caer en desgracia y fue depuesto de todos sus cargos religiosos, por lo que se planteó emigrar a América, proyecto que frustró su prematuro óbito. Canonizado en 1726, fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1926. Aunque los versos que de él se conservan son escasos y no fueron publicados hasta después de su muerte, se le considera como uno de los mayores poetas españoles de la época y como el máximo exponente de la poesía mística. Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva son sus tres obras poéticas capitales, a las cuales corresponden varias obras en prosa que les sirven de corolario explicativo, dado el hermetismo simbólico de su poesía: Subida al monte Carmelo, Noche oscura del alma, Llama de amor viva (las tres reunidas en el volumen Obras espirituales que encaminan a un alma a la unión perfecta con Dios) y Cántico espiritual. Combinando la antigua simbología del Cantar de los cantares con las fórmulas propias del petrarquismo, produjo una rica literatura mística, que hunde sus raíces en la teología tomista y en los místicos medievales alemanes y flamencos. Su producción refleja una amplia formación religiosa, aunque deja traslucir la influencia del cancionero tradicional del siglo XVI, sobre todo en el uso del amor profano (las figuras del amante y de la amada) para simbolizar y representar el sentimiento místico del amor divino. La estrofa más empleada en sus poemas es la lira, aunque demuestra igual soltura en el uso del romance octosílabo. Toda su doctrina gira en torno al símbolo de la «noche oscura», imagen que ya era usada en la literatura mística, pero a la que él dio una forma nueva y original. La noche, al borrar los límites de las cosas, le sugiere, en efecto, lo eterno, y de esa manera pasa a simbolizar la negación activa del alma a lo sensible, el absoluto vacío espiritual. Noche oscura llama también san Juan a las «terribles pruebas que Dios envía al hombre para purificarlo»; ateniéndose a este último significado, habla de una noche del sentido y de una noche del espíritu, situadas, respectivamente, al fin de la vía purgativa y de la iluminativa, tras las cuales vendría la vía unitiva, aspiración última del alma atormentada por la distancia que la separa de Dios, y realización de su deseo de fusión total con Él. Antes de acceder a la experiencia mística de unión con Dios, el alma experimenta una desoladora sensación de soledad y abandono, acompañada de terribles tentaciones que, si consigue vencer, dejan paso a una nueva luz, pues «Dios no deja vacío sin llenar». San Juan utiliza determinados recursos estilísticos con una profusión y madurez poco frecuentes, dando un nuevo y más profundo sentido a las expresiones paradójicas («vivo sin vivir en mí», «cautiverio suave») y las exclamaciones estremecedoras (« ¡Oh, llama de amor viva! ») habituales en los cancioneros. Lo que mejor define su poesía es su extraordinaria intensidad expresiva, gracias a la perfecta adecuación y el equilibrio de cada una de sus imágenes. A ello contribuye así mismo su tendencia a abandonar el registro discursivo y eliminar nexos neutros carentes de valor estético para buscar una yuxtaposición constante de elementos poéticos de gran plasticidad.



CÁNTICO ESPIRITUAL

Canciones entre el alma y el esposo


Esposa:


  ¿Adónde te escondiste,
amado, y me dejaste con gemido?
Como el ciervo huiste,
habiéndome herido;
salí tras ti, clamando, y eras ido.                                   5

  Pastores, los que fuerdes
allá, por las majadas, al otero,
si por ventura vierdes
aquél que yo más quiero,
decidle que adolezco, peno y muero.                          10

  Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas;
ni cogeré las flores,
ni temeré las fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.                                  15


(Pregunta a las Criaturas)


  ¡Oh bosques y espesuras,
plantadas por la mano del amado!
¡Oh prado de verduras,
de flores esmaltado,
decid si por vosotros ha pasado!                                20


(Respuesta de las Criaturas)


  Mil gracias derramando,
pasó por estos sotos con presura,
y yéndolos mirando,
con sola su figura
vestidos los dejó de hermosura.                                  25


Esposa:


  ¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero;
no quieras enviarme
de hoy más ya mensajero,
que no saben decirme lo que quiero.                           30

  Y todos cantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo.
Y todos más me llagan,
y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.                        35

  Mas ¿cómo perseveras,
oh vida, no viviendo donde vives,
y haciendo, porque mueras,
las flechas que recibes,
de lo que del amado en ti concibes?                           40

  ¿Por qué, pues has llagado
aqueste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así le dejaste,
y no tomas el robo que robaste?                                45

  Apaga mis enojos,
pues que ninguno basta a deshacellos,
y véante mis ojos,
pues eres lumbre dellos,
y sólo para ti quiero tenellos.                                      50

  ¡Oh cristalina fuente,
si en esos tus semblantes plateados,
formases de repente
los ojos deseados,
que tengo en mis entrañas dibujados!                         55

  ¡Apártalos, amado,
que voy de vuelo!


Esposo:


  Vuélvete, paloma,
que el ciervo vulnerado
por el otero asoma,
al aire de tu vuelo, y fresco toma.                               60


Esposa:


  ¡Mi amado, las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos;                                    65

  la noche sosegada,
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora;                                    70

  nuestro lecho florido,
de cuevas de leones enlazado,
en púrpura tendido,
de paz edificado,
de mil escudos de oro coronado!                              75

  A zaga de tu huella,
las jóvenes discurran al camino;
al toque de centella,
al adobado vino,
emisiones de bálsamo divino.                                    80

  En la interior bodega
de mi amado bebí, y cuando salía,
por toda aquesta vega,
ya cosa no sabía
y el ganado perdí que antes seguía.                            85

  Allí me dio su pecho,
allí me enseñó ciencia muy sabrosa,
y yo le di de hecho
a mí, sin dejar cosa;
allí le prometí de ser su esposa.                                  90

  Mi alma se ha empleado,
y todo mi caudal, en su servicio;
ya no guardo ganado,
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo en amar es mi ejercicio.                           95

  Pues ya si en el ejido
de hoy más no fuere vista ni hallada,
diréis que me he perdido;
que andando enamorada,
me hice perdidiza, y fui ganada.                              100

  De flores y esmeraldas,
en las frescas mañanas escogidas,
haremos las guirnaldas
en tu amor florecidas,
y en un cabello mío entretejidas:                              105

  en sólo aquel cabello
que en mi cuello volar consideraste;
mirástele en mi cuello,
y en él preso quedaste,
y en uno de mis ojos te llagaste.                              110

  Cuando tú me mirabas,
tu gracia en mí tus ojos imprimían;
por eso me adamabas,
y en eso merecían
los míos adorar lo que en ti vían.                             115

  No quieras despreciarme,
que si color moreno en mí hallaste,
ya bien puedes mirarme,
después que me miraste,
que gracia y hermosura en mí dejaste.                      120

  Cogednos las raposas,
que está ya florecida nuestra viña,
en tanto que de rosas
hacemos una piña,
y no parezca nadie en la montiña.                           125

  Deténte, cierzo muerto;
ven, austro, que recuerdas los amores,
aspira por mi huerto,
y corran sus olores,
y pacerá el amado entre las flores.                            130


Esposo:


  Entrado se ha la esposa
en el ameno huerto deseado,
y a su sabor reposa,
el cuello reclinado
sobres los dulces brazos del amado.                         135

  Debajo del manzano,
allí conmigo fuiste desposada,
allí te di al mano,
y fuiste reparada
donde tu madre fuera violada.                                 140

  O vos, aves ligeras,
leones, ciervos, gamos saltadores,
montes, valles, riberas,
aguas, aires, ardores
y miedos de las noches veladores,                            145

  por las amenas liras
y canto de serenas os conjuro
que cesen vuestras iras
y no toquéis al muro,
porque la esposa duerma más seguro.                      150


Esposa:


  Oh ninfas de Judea,
en tanto que en las flores y rosales
el ámbar perfumea,
morá en los arrabales,
y no queráis tocar nuestros umbrales.                       155

  Escóndete, carillo,
y mira con tu haz a las montañas,
y no quieras decillo;
mas mira las compañas
de la que va por ínsulas extrañas.                              160


Esposo:


  La blanca palomica
al arca con el ramo se ha tornado,
y ya la tortolica
al socio deseado
en las riberas verdes ha hallado.                                165

  En soledad vivía,
y en soledad he puesto ya su nido,
y en soledad la guía
a solas su querido,
también en soledad de amor herido.                         170


Esposa:


  Gocémonos, amado,
y vámonos a ver en tu hermosura
al monte o al collado
do mana el agua pura;
entremos más adentro en la espesura.                       175

  Y luego a las subidas
cavernas de la piedra nos iremos,
que están bien escondidas,
y allí nos entraremos,
y el mosto de granadas gustaremos.                          180

  Allí me mostrarías
aquello que mi alma pretendía,
y luego me darías
allí tú, vida mía,
aquello que me diste el otro día:                                 185

  el aspirar del aire,
el canto de la dulce filomena,
el soto y su donaire,
en la noche serena
con llama que consume y no da pena;                        190

  que nadie lo miraba,
Aminadab tampoco parecía,
y el cerco sosegaba,
y la caballería
a vista de las aguas descendía.                                    195





LA NOCHE OSCURA
 
 
Canciones del alma que se goza de haber llegado al alto estado de la perfección, que es la unión con Dios, por el camino de la negación espiritual.
 
 
 
  En una noche oscura,
con ansias en amores inflamada,
(¡oh dichosa ventura!)
salí sin ser notada,
estando ya mi casa sosegada.                                     5
 
  A oscuras y segura,
por la secreta escala disfrazada,
(¡oh dichosa ventura!)
a oscuras y en celada,
estando ya mi casa sosegada.                                   10
 
  En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía,
ni yo miraba cosa,
sin otra luz ni guía                              
sino la que en el corazón ardía.                                15
 
  Aquésta me guïaba
más cierta que la luz del mediodía,
adonde me esperaba
quien yo bien me sabía,
en parte donde nadie parecía.                                  20
 
  ¡Oh noche que me guiaste!,
¡oh noche amable más que el alborada!,
¡oh noche que juntaste
amado con amada,
amada en el amado transformada!                           25
 
  En mi pecho florido,
que entero para él solo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.                              30
 
  El aire de la almena,
cuando yo sus cabellos esparcía,
con su mano serena
en mi cuello hería,
y todos mis sentidos suspendía.                               35
 
  Quedéme y olvidéme,
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo, y dejéme,
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado.                                     40
 


 
LLAMA DE AMOR VIVA
 
 
 
  ¡Oh llama de amor viva
que tiernamente hieres
de mi alma en el más profundo centro!
Pues ya no eres esquiva
acaba ya si quieres,                                                   5
¡rompe la tela de este dulce encuentro!
 
   ¡Oh cauterio süave!
¡Oh regalada llaga!
¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado
que a vida eterna sabe                                             10
y toda deuda paga!
Matando, muerte en vida has trocado.
 
   ¡Oh lámparas de fuego
en cuyos resplandores
las profundas cavernas del sentido,                          15
que estaba oscuro y ciego,
con estraños primores
color y luz dan junto a su querido!
 
   ¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno                                               20
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno,
cuán delicadamente me enamoras!
 



SUMA DE LA PERFECCIÓN



Olvido de lo criado,
memoria del Criador,
atención a lo interior,
y estarse amando al Amado.